La medicina negra en Esmeraldas
La medicina negra en Esmeraldas
por: dr. maximiliano moreno
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La llegada de los negros significó una situación nueva en el territorio Andino-costero de los Andes Septentrionales de Sudamérica que se manifestó por una ocupación territorial, una simbiosis cultural y una realidad especial de la que emergió una medicina particular.
La ocupación territorial de los negros empezó en 1546, cuando un barco español que transportaba esclavos originarios de África y de la etnia mandinga en su mayoría, con destino a Lima naufragó frente a las costas de Esmeraldas. Los negros que desembarcaron para proveer abastecimientos a los esclavistas, que tenían de rehenes a sus mujeres y que fueron degollados. Con Illescas a la cabeza, un negro que dominaba el español y las artes de la guerra de los conquistadores, se organizó un reino que iba desde Puerto de Buenaventura, entonces parte de la Real Audiencia de Quito, hasta Bahía y en esta playa de casi 1000 Km venció en 27 guerras a España. Este fue el primer territorio libre de América, y aquí se dio el real primer grito de la Independencia, hasta que los curas franciscanos convencieran a los descendientes de cacique negro, de ser gobernadores a órdenes de la corona, para lo que montaron toda una farsa. Tras aquella experiencia negativa se unieron a Simón Bolívar que les prometió la libertad, e incluso financiaron con oro su gesta libertaria, por lo que se les entregó en propiedad un territorio al que ahora se lo conoce como “La Comuna del Río Santiago-Cayapas”, pero no la libertad. En 1851 recibieron del presidente Urbina la libertad grantizada mediante la creación de un cuerpo militar negro del élite llamado “los Tauras”, pero nuevamente la condición de marginación que vivían hizo que se levantaran en armas con Vargas Torres y Alfaro, hasta el triunfo de la Revolución Liberal en 1898. Pero nuevamente sólo fue una frustración más; tras la muerte de Alfaro se levantaron nuevamente en armas desde 1914 a 1917 en la llamada Guerra de Carlos Concha, el coronel que enfrentó a los gobiernos plutocráticos de la época.
Desde la llegada de los negros, se dio una mezcla racial con los indios, de la que nacieron los llamados zambos. De igual manera se dio una mezcla en las expresiones culturales y en la medicina. La cultura medicinal de los negros no se identificó con la cultura medicinal mágica de los indígenas locales muy vinculada al consumo de coca y del llamado florón como plantas alucinógenas, sino que su magia se relacionó con rituales musicales y de danza con la presencia de alcohol de la chicha de chontaduro, de maíz y de yuca. Las únicas plantas mágica medicinales que aun son reconocibles como mágico-curativas son el floripondio, el ayahuasca o don diego que son poco usadas, y la querendona, el sígueme-sígueme, para conseguir el amor, el amansa toro, para tranquilizar a los animales o los niños y la aborrecedora para separar a las parejas. Entre los rituales se incluía el sacrificio de aves negras para bañarse en su sangre para adquirir poderes. Los rituales mágicos incluían la danza (de san vito) o del carnaval, que dura varios días hasta que la persona entra en un delirio al que llaman “mica” con convulsiones, al que se le considera un estado de iluminación cuando no termina en violencia. Entre las plantas más usadas y que son muy particulares de Esmeraldas está el bayrum un árbol que sirve para baños reparadores, el pomarosa, una flor a la que dan poderes regenerativos, la leche de sande una resina a la que le dan poderes de desparasitante, el escancel con propiedades hepato-protectoras, o la Biblia a la que le dan propiedades cardiotónicas.
En la medicina tradicional se identifican las patologías como el mal aire cuando un espíritu que viaja en el aire ingresa al cuerpo desde un cementerio, cadáver o lugar putrefacto, y produce fiebre, diarrea, vómito. El mal ojo cuando la energía negativa de una persona produce un impacto sobre todo en los niños y animales domésticos pequeños, con diarrea, fiebre, vómito y dolor abdominal, es prevenible mediante el uso de cintas rojas o la bendición con saliva del ojeador. El espanto, que puede ser de dos clases, espanto de agua o espanto de tierra dependiendo del lugar donde la persona vivió el sobresalto. Este se caracteriza por nerviosismo, insomnio, preocupación, diarrea, vomito, debilidad. Para curar el ojo el medio de diagnóstico es un huevo, para el espanto es una hoja de la palma de ramos bendecida en Semana Santa o una piola para medir. Entre los especialistas locales esta la partera que usa para empujar el parto una bebida a la que llama “curado” y que puede variar de acuerdo a cada partera pero en la que siempre se incluye alcohol y miel de abeja o de caña para que la parturienta tenga pujo, el beber los meados del recien nacido y la dieta con caldo de gallina criolla después del parto. El sobador que es un experto en acomodar los huesos manipula rápida y enérgica los huesos y articulaciones a los que luego entablilla para fijar su terapia. El culebrero es un experto en preparar pócimas y sacar venenos de serpientes o peces.
La percepción de la salud es como una energía que les permite disfrutar de la vida y enfermedad lo contrario, por lo que el goce de la vida es el centro de la cosmovisión de la salud, entendiendo como goce la satisfacción sexual, alimenticia, recreativa, de descanso, la fertilidad y el sentido de la amistad o solidaridad familiar y de grupo.
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